Quicksand – Distant Populations (2021)

Pocas bandas se consideran tan influyentes como Quicksand. Su trabajo en los 90 marcó a varias generaciones de artistas y a día de hoy todavía les quedan cosas por decir.

«Distant Populations» es su cuarto trabajo en 31 años, el segundo tras un parón de 22 años. Cuando la banda de Walter Schreifels (Gorilla Biscuits, Youth of Today, Rival Schools) empezó su andadura lo tenían complicado, nacieron en plena explosión gunner y les esperaba la avalancha de grupos asociados a la escena de Seattle. Su intento por hacer evolucionar el hardcore no daría fruto hasta años después con la aparición de bandas que beben directamente de la obra de los neoyorkinos como Thursday, Cave In o Deftones (con los que comparten bajista). Junto a Fugazi, ellos fueron los que sentaron las bases de mucho del posthardcore que consumimos hoy en día.

En 2017 tantearon el regreso con «Interiors», un álbum maduro y sereno. En la actualidad, más sueltos, han recuperado parte de la energía de su directo. Y digo parte porque no olvidemos que los miembros del ahora trío, ya rondan la cincuentena. Como a Hum, eso no les ha impedido ser partícipes de uno de los mejores retornos de las últimas décadas. Ya sabemos lo difícil y vergonzante que puede ser volver tras un periodo de inactividad, especialmente cuando has perdido algún miembro por el camino (que no es el caso, Tom Capone sigue vivo y dedicándose a sus cositas).

El nuevo trabajo suena sólido pero lleno de melodía, compacto pero heterogéneo, con una gran producción y una presentación muy cuidada a cargo de Tetsunori Tawaraya. A Schreifels se le ve muy seguro, experimentado y sabiendo jugar sus cartas. En «Distant Populations» nos habla de la soledad en un mundo hiperconectado, de cómo podemos estar tan cerca y lejos al mismo tiempo.