Press to MECO – Transmute (2021)

Puedo entender perfectamente a Press to MECO, ha sido muy complicado hacer planes estos últimos años. Imaginaos a un grupo a punto de echar toda la carne en el asador y, de repente, todos y cada uno de sus planes se tuercen. Dan ganas de tirar la toalla, ¿verdad?

Los británicos tenían ya los billetes comprados para grabar su tercer álbum en Texas cuando llegó la pandemia. Con casi todo el disco compuesto y sin perspectivas de futuro, el bajista y fundador de la banda, Adam Roffey, además decidió abandonar el barco. ¿Qué hacer? ¿Dejar de lado tu sueños y buscar trabajo en una oficina? ¿Te haces influencer? Estuvieron a punto, pero el fichaje del bajista de ACODA fue una inyección de adrenalina. Cuando la vida te da limones, te metes en una cabaña de caza del siglo XVI en Cotswolds con todo el material de grabación que puedas conseguir para exprimir lo que ahora es «Transmute».

Tras escuchar el disco, hubiera sido realmente una pena que lo hubieran dejado. Su último trabajo consigue aprovechar toda esa desilusión, ansiedad y el sentimiento de ahogo en todo un ejercicio de superación. Su habilidad como músicos es excelente, especialmente como compositores y cantantes, combinando y turnando sus voces sobre una base de math y rock progresivo lleno de melodías y rabia a partes iguales. Me gustaría acertar asociándolos a la escuela post-toolera de bandas australianas como Karnivool o Cog, sino Muse o Biffy Clyro también me pueden valer.

Que no se rindan. A pesar de su sobrada experiencia son todavía jóvenes y su momento llegará tarde o temprano. Nosotros estaremos aquí para seguirles de cerca y ver cómo pasa.