Kim Dracula – A Gradual Decline In Morale (2023)

Todo apunta a que estamos asistiendo al regreso del nu metal o, como mínimo, el nacimiento de una nueva ola.

El caso que nos ocupa hoy es el del tasmano Samuel Wellings, alias Kim Dracula. Este chaval de 25 años es la nueva revelación del género, moviendo cifras de reproducciones y visualizaciones del orden de decenas de millones. Pero, ¿quién es Kim Dracula y de dónde ha salido? Sin demasiada experiencia en bandas, su fama le llegó gracias a una versión de «Paparazzi» de Lady Gaga en Tik Tok, su medio natural hasta hace poco. Y permitidme, pero cuando un artista crece de una manera tan exponencial se me levanta la ceja al más puro estilo Zapatero. Veamos cuáles son sus virtudes y defectos.

Tras dos años de trabajo pone toda la carne en el asador con su debut «A Gradual Decline In Morale», una verdadera locura de álbum a lo Mr Bungle: intensidad a raudales, producción de lujo y una infinidad de cambios estilísticos imposibles inspirándose sin ningún tipo de pudor en artistas como Incubus, Mike Patton, Korn, Glassjaw o Slipknot. Si además lo mezclas con electrónica, trap, drill, jazz o trompetas; tus letras y vídeos son provocadores; tienes un look carismático y andrógino; le añades cierto nivel de humor y autoparodia…. Pues ya tienes la formula magistral del hype.

Se trata de una especie de nu metal encajado en las tendencias actuales (no sería de extrañar que apareciera en breve la etiqueta de New Wave of American Nu Metal o nu nu metal para los amigos). Nada nuevo bajo el Sol realmente, pero es que el jodido, todo lo que hace en el estudio lo hace realmente bien y mostrando una versatilidad apabullante. Cada adelanto que ha sacado ha sido analizado hasta la saciedad en «reactions» de youtubers y a todos se les ha desencajado la mandíbula cual lobo de Tex Avery. Cortes como «Drown», «Land of the sun» o «Make me famous» son tremendamente adictivos y una sacada de rabo musical.

Pero Kim Dracula va a tener un largo camino para que se la reconozca como algo más que un fenómeno viral o un producto prefabricado. Puede que sea la razón por la que ha contado la colaboración de Jonathan Davis en el disco, una voz consagrada que lo valide. Mientras grupos como Omerta o Wargasm se están partiendo la cara en salas pequeñas y festivales desde hace años, a Kim Dracula todavía le faltan muchas tablas en directo (a juzgar por unos no muy afortunados vídeos abriendo para Avenged Sevenfold y Alexisonfire). Desde luego, tanta esquizofrenia sonora no debe de ser fácil de llevar al escenario.