Atentos a… ORS

Ni todo el stoner es desértico, ni internet es solo un pozo de miseria y perversión, y aquí están ORS para demostrarlo. Sus miembros, que se reparten entre España, Francia e Inglaterra, compusieron su álbum de debut en tan solo dos meses haciendo buen uso de las tecnologías existentes, rematando la faena todos juntos en una abadía de la Dordoña francesa. Acle Kahney (TesseracT, Frank Carter & The Rattlesnakes) se encargó de la masterización de un disco capaz de juguetear entre el progresivo, el doom y un stoner finísimo y atípico. «Ors», a diferencia de otros trabajos ahogados por la arena de Palm Desert, te lleva a lo más profundo del bosque ante las criaturas que habitan sus oscuros y, al mismo tiempo, sosegantes parajes.

Hablamos con Juanjo de Latorre, letrista y cantante de la banda, al que conocemos desde hace tiempo por su excelente trabajo con los madrileños Craneón, para que nos desgranara track-by-track la experiencia.

Underwood
…œSotobosque…. Preciosa palabra tanto en inglés como en castellano. Como en el resto de temas del disco, para las voces y letras opté por partir no sólo de la música y el concepto del disco que Clément tenía en mente, sino del título que Paul y él le dieron a cada pieza, para desde ahí visualizar un mundo. Me encanta el resultado final. Hay una sensación de euforia y luminosidad a lo largo del tema que te absorbe. Resulta difícil no sumergirse en su groove y riqueza sonora, y en el universo que visual que te evoca la música. Un regalo para un vocalista y uno de mis temas favoritos en el disco.

Wildfire
Pasamos al inglés. Aprovechando la carta blanca de la que disfruté para componer mis partes, decidí experimentar alternando idiomas. Es quizás el tema más clásico y directo del disco, y no precisamente como algo malo (véase qué lugar le hemos otorgado en el disco). Locomotora. Urgencia, rabia y determinación. Fue la última en tener letra y estuvo a punto de quedarse fuera, curiosamente. De repente empezó a cerrarse la línea vocal y brotaron las palabras. En unas horas todo estuvo en su sitio. Y pasó a ser ni más ni menos que la 2ª pista del álbum.

Alces
Los alces no sólamente son fascinantes por su físico y comportamiento, sino por su lado totémico y simbólico. Clem compuso la instrumentación de este tema en un día. Un tema emotivo y épico. Creo que es de los temas que mejor resume lo que es ORS. Se logró algo realmente hermoso, en mi opinión. Las líneas de bajo son increíbles y Paul despliega su maestría sin tapujos. Alban ejecuta las retorcidas partes de batería como el que hace la colada.

Wolves
De lobo a lobo, lo mismo las cosas no son como nos imaginamos. Un blues siniestro en el que los papeles se retuercen. El solo me encanta. Un tema que sueño con tocar en vivo. No puedo pensar en palabras para escribir esa sensación. Toca algo primario, furioso y todo acaba teniendo sentido. Otro de los favoritos, si es que uno puede escoger entre sus propias criaturitas.

Overflow
En mi caso, decidí afrontarla como algo cercano a un mantra. Invita a dejarse llevar y fluir. Me parece de los temas más redondos del disco. La sección rítmica es una apisonadora. Clément parece que va a reventar las cuerdas del bajo y Alban te vuela la cabeza en la batería. No puedo estar más contento con el resultado. Definitivamente va a ser un «tour de force» para todos cuando la toquemos en directo, y me muero por dejarme la piel en ello.

O[u]rs
Uno de los dos temas donde experimenté con la mezcla de idiomas dentro una sola canción. Originalmente titulado «Ors» (Oso en lengua aquitana), propuse transformarlo parcialmente en «Nuestro» (Ours). Tras el lamento del fracaso puede venir la más hermosa de las pruebas. Es un tema especialmente intenso.

Council
Majestuoso tema instrumental, con un trabajo espectacular de Clem, demostrando las infinitas capacidades de una guitarra y un bajo. No synthesizers! Las fuerzas de la naturaleza parecen reunirse y tomar la palabra en lo profundo del bosque. Podría ser una banda sonora de primer orden.

Kodama
Muchos conocimos la existencia de estos espíritus mitológicos gracias a mi adorado Miyazaki. Otro de los temas cantados en inglés, y en el tanto melodía como palabras surgieron solas, en una especie de súplica a una naturaleza herida y ofendida, casi como una oración. Y encomendarse a nuestro San Jeff siempre me ayuda a conectar con el alma (propia y ajena) un poco mejor, todo sea dicho, sin querer en ningún momento, emular o imitar al héroe, que por otra parte, es misión imposible. Hay una magia realmente especial en la instrumentación de este tema que hace que la mente vuele. Otro regalo para un cantante.

Tertres
Lluvia, truenos y arcáicos vientos que resuenan en Chancelade nos meten en situación. Un «tertre» es un montículo de tierra, una especie de túmulo prehistórico. La idea de estar a la vez lo más en contacto máximo con la tierra, arropado por ella y a la vez estar en ninguna parte, protegido, en paz e inadvertido.

Cernunnos
¿Para qué arruinar este pepinazo lleno de fuzz, groove y chulería con voces? Habla por sí solo. Cernunnos es una cornuda e imponente deidad celta de los animales, la vida, la fertilidad y la abundancia. No es muy difícil unir una imagen así con esta descarga de riffs que caminan con tal peso. Paul y Clem te ponen a caminar una vez más. Tanto el tono de guitarra como el de bajo son pura actitud.

Hunt
La naturaleza en toda su crudeza. Ciclos. Una vez más el bajo de master Clem lleva la batuta y sólo podemos dejarnos llevar, lo mismo que los instintos primarios que nos inserta mamá natura. Watch your back, man. La guitarra de Paul te amenaza sin remilgos. Su elegancia brilla por todo el disco y desde luego, he visto a pocas personas con tal versatilidad y alma en su instrumento. La sensación de amenaza que se respira en el tema me gusta mucho.

Prowl
Sacamos el doom de nuevo a pasear. La intro te engaña y cuando te quieres enterar estás sumido en el fango. Ese siniestro groove merodea a tu alrededor y no hay mucho que se pueda hacer. Tiene todo el sentido que preceda a la siguiente canción del disco.

Wilderness
En medio de lo salvaje, uno se siente a la vez humilde y triste, aceptando el daño que hacemos y sin poder evitar pensar que todo tiene un límite. Sensación de derrota. Me considero una persona positiva, pero a veces cuesta mucho pensar así al ver lo que nos rodea. La instrumentación me sugirió esa sensación de agotamiento y desvanecimiento, conviviendo con rabia e impotencia. Intenté con todas mis fuerzas canalizar esa sensación de la manera adecuada, y no es tan difícil si te dejas invadir por lo ominoso de la instrumentación. Por azares del destino, estaba bastante cansado tras un ritmo de trabajo realmente intenso durante mucho tiempo y parte de ello se trasluce. Es más, no intenté ocultarlo, sino todo lo contrario. Lo usé a favor de la canción. Fue el estado adecuado para el tema adecuado. «Este es el momento», me dije. Saqué todos los cartuchos que me quedaban para echar la rabia que viene tras los pasajes más frágiles, y resultó aún más genuinamente agresivo. Me encanta como evoluciona el tema y te invade esa sensación de mareo.

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  • 15/03/2017
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