Viva Belgrado – Cancionero de los Cielos (2024)

Ya tenemos en nuestras manos el esperado cuarto trabajo de Viva Belgrado, un disco que no dejará a nadie indiferente.

Tras la edición de «Ulises» algo empezó a gestarse en el cuarteto cordobés, cada vez se hacían más palpables sus inquietudes y evidentes sus ganas de experimentar con nuevos sonidos. Algunos de los adelantos de este cancionero se acercaban al pop como nunca antes lo habían hecho, y la colaboración con Erik Urano nos dejaba expectantes. Pero una vez escuchado el disco, las piezas del puzle han encajado a la perfección.

Viva Belgrado ciertamente han rebajado las revoluciones (en el estudio al menos) pero siguen siendo un grupo que juega con el postrock y el screamo. Quizás no griten tanto (que siguen haciéndolo) pero todavía mantienen la energía y, sobre todo, esas letras absolutamente geniales por las que siempre han destacado. Si hay que celebrar una cosa positiva de este cambio de ritmo, es que ahora se aprecian mucho más esas historias cotidianas y personales con las que Cándido Gálvez nos vuelve a tocar la fibra.

En cierta manera, Viva Belgrado están en un momento en el que han conseguido fusionar las dos épocas de épocas de Standstill en una, única y original. También los veo capaces de, como hicieron Toundra en su día, ser los estandartes de una nueva ola de grupos nacionales en la búsqueda de sonidos más innovadores. Quizás ellos sí puedan salvar el rock mientras los demás estamos de fiesta.

Con la producción del dream team formado por Santi García y Raúl Pérez nada podía fallar. Han dado con el sonido de «Cancionero de los Cielos», un disco valiente y sincero, inspirado en obras literarias y pintores pero también en las nuevas experiencias, las manías y las inseguridades. Con joyas como Sara Zozaya personificando a la pena/musa de la banda en «Nana de la Luna Pena», o cómo componer canciones es bajar metafóricamente a la mina a buscar lo que necesitas. ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía… eres tú.