King Hannah – Big Swimmer (2024)

Tras las buenas sensaciones de su primer trabajo, King Hannah preparan el camino de su confirmación.

Solo ha pasado un año desde el lanzamiento de «I’m Not Sorry, I Was Just Being Me», un debut que agradó a los amantes del folk, el rock y sobre todo de los sonidos más alternativos de los noventa. El dúo de Liverpool no ha querido dejar pasar la inercia de ese primer trabajo, lanzándose de cabeza y sin manos a por «Big Swimmer».

Material seguro que no les ha faltado, King Hannah han compartido escenario con artistas como Kurt Vile o Thurston Moore, estuvieron de gira por Estados Unidos, y han vuelto con muchas cosas que contarnos. «Big Swimmer» es como un álbum de fotos de sus viajes a lo largo del año pasado, desde la fría Nueva York a la inhóspita El Paso, pasando por la arisca Philadelphia.

La cálida voz de Hannah Merrick recuerda por momentos a Courtney Barnett o Sharon Van Etten (que colabora en «Big Swimmer» y «This Wasn’t Intentional»). Incluso a Florence Cleopatra Shaw de Dry Cleaning cuando la banda se acerca al post punk más afilado y verborreico. La cantante se destapa como una storyteller de experiencias, a veces mundanas y otras veces realmente chocantes, intentando meterse en la piel de los personajes que se han cruzado en su camino.

Craig Whittle también nada sinuosamente entre estilos, alternando guitarrazos de blues crudo con el postrock primigenio, buceando entre pasajes hipnóticos y una amalgama de sutiles influencias setenteras. Una combinación, que gana con las escuchas y que contra todo pronóstico funciona, sobre todo en directo.