G.A.S. Drummers – We got the light (2013)

Los adelantos en forma de single que los jerezanos G.A.S. Drummers habían presentado en las fechas anteriores a la publicación de su nuevo álbum prometían excitación, intensidad y calidad, y una vez escuchado varias veces este …œWe got the light…, puedo afirmar que su nuevo trabajo, si no es lo mejor que han ofrecido al público desde su formación hace más de una década, desde luego que está muy cerca de ser su LP más completo y logrado.

Si …œDecalogy…, su disco pretérito, los acercó a sonidos cercanos al college rock, al pop más guitarrero e incluso al grunge más colindante con el punk, …œWe got the light… supone por momentos una vuelta a su sonido más hardcore y skate punk, especialmente en cortes como …œBlind… (con la colaboración vocal de su compadre Chris Hannah, de los canadienses Propagandhi), …œPhoenix…, la melancólica …œFallen angels… o …œIdle rules… (¡pura anfetamina rockera, oigan!), quizá como reacción a los discos en solitario de Dani Llamas, donde el cantante de G.A.S. Drummers daba rienda suelta a su vena de cantautor (no plasta) folkie y sensible (que no sensiblero). Pero …œWe got the light… no es solamente …œuna vuelta a (lo que sea)… de los jerezanos, sino que siguen afinando su puntería, creciendo como banda, y haciendo en cada disco temas más redondos y rotundos. La inicial …œWe got the light… te hace subir la bilirrubina a base de esperanza lírica y potencia sonora, …œControl… es de una frescura melódica y una claridad de ideas francamente reseñable, …œPhoenix… es street punk especialmente indicado para hacerlo sonar montando un escrache en la puerta de casa de cualquier diputado patrio, …œBurnt Land… podrían haberla escrito Superchunk en un día inspirado, …œAndalosers…, además de tener un título la mar de bien buscado -y encontrado-, podría sonar en cualquier anuncio de la tele (por bonita, melódica y accesible), pero en la tele de algún planeta que no sea la Tierra, y …œFailure of senses… cierra el álbum de manera magistral a base de oscuridad y alto octanaje roquista.